jueves, 5 de noviembre de 2009

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Tenía, hasta hace unos días, tu bastón roto dentro del auto.
Las multas siguen llegando a tu nombre.
Sigo guardando en el botiquín tus pastillas de marihuana para el dolor y las nauseas, están vencidas.
Te nombro muchas, quizás demasiadas, veces al día.
Voy enumerando todos los lugares en los que estuve con vos todo el tiempo, intentando recordar que había comido, que te decía, de que discutiamos, por que peleabamos.
Algunos días me olvido completamente de tu olor.
Ahora logro escuchar tu voz cantar.
Sigo sin lograr mirar la televisión luego de una sobredosis televisiva de Gran Hermano y chimentos que condimentaron tu enfermedad, no la soporto, me molesta hasta el sonido que emite al encender.
Mi concentración es nula, no logro terminar un libro desde que terminé "Un mundo feliz" en febrero... no logro leer mas en la cama como antes, no te pido encarecidamente que apagues la luz y me dejes dormir.
No te hablo, te escribo, no te miro, tengo espejismos.
El tiempo cura al tiempo, el tiempo cambia los lugares, los escenarios...nunca mas voy a ser quien era...lo agradezco.

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